sábado, 27 de septiembre de 2008

Otra Bienal de Flamenco en Sevilla... sin sevillanas

Y estas cosas sólo pasan en Sevilla. Y no es porque quienes organizan la Bienal sean precisamente los más "puristas" y ortodoxos del flamenco jondo. Que va, durante más de un mes se ofrecen variados espectáculos dentro de un amplio programa, y en muchos de ellos tienen cabida la música clásica, el fado portugués, el rock, la música árabe... que se "fusionan", como ahora es la moda, con el flamenco. Por cierto, en algunos casos esos espectáculos poco tienen de flamenco.
Todavía no me he enterado qué pintaba el coro de Voces Búlgaras (de Bulgaria) en el espectáculo de inauguración de la Bienal, protagonizado por Manolo Sanlúcar, y donde el que menos intervino fue el propio guitarrista y lo que menos hubo fue flamenco. Lo digo porque estuve allí, en la Plaza de San Francisco, que no me lo han contado.
Pues eso: Sevilla.... sin sevillanas. La Bienal de Flamenco, con un presupuesto multimillonario, y con dinero público, no tiene ni siquiera unas migajillas para los artistas de las sevillanas, el estilo musical más maltratado y más humillado de la historia.... aunque cuando llega la Feria todos las bailamos...
Por cierto, ¿la sevillana es un palo del flamenco o no? ¿Se acuerdan del magnífico documental, antológico, de Carlos Saura? ¿Se acuerdan de don Manuel Pareja-Obregón cantándole a doña Matilde Coral? ¿Es eso flamenco o no? ¿Son flamencas las sevillanas de Manuel Orta? ¿Son flamencos Salmarina y Los Romeros de la Puebla?
En el año 1984, si la memoria no me falla, la Bienal de Flamenco de Sevilla dedicó un día a Las Sevillanas. Fue en el Alcázar, y allí sonaron por sevillanas Las Corraleras de Lebrija, Salmarina, Los Romeros de la Puebla, Pedro Peña y Pedro Bacán, y la maravillosa antología de don Manuel Pareja-Obregón acompañado de su piano.
Hoy, desgraciadamente, los que representan a Sevilla y manejan sus dineros públicos (el dinero de todos), no se acuerdan de nuestro género musical. Al fin y al cabo, dicen que nadie es profeta en su tierra.
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