
Hoy quiero escribir, llorando, a Ginés y por Ginés. A los amigos de Ginés, que han estado esta semana sintiendo cómo una vida joven y sana se iba consumiendo, a pasos agigantados, y han visto, incrédulos, como esa vida se truncaba para siempre, injustamente, sin explicación alguna, sin consuelo ni esperanza que frenara un dolor que quedará grabado a fuego en el corazón de esos amigos, de esos primos que lloraban desconsolados, de esos tíos y familiares, de esos padres que habían perdido para siempre el brillo de sus ojos, ya teñidos de oscuridad ante un dolor que sólo ellos pueden sentir. Ginés, el futuro Doctor Díaz Palomar, se nos ha ido el día que cumplía 22 años. Un joven lleno de vida, de ilusiones, de valores y de sueños.
Cuando hace unos días me enteré de la situación y el estado de Ginés, se me coló en el alma sin darme cuenta. Se me aparecía continuamente en mi estado de ánimo diario.... no podía explicarme ni responder a esa pregunta que tantos no hacemos en estas circunstancias... ¿por qué? Me ponía en el lugar de Felipe... ¿por qué, Dios mío? Iba recibiendo noticias y ninguna traía esperanzas... pasó el día de mi cumpleaños y no tenía alegría... siendo yo un afortunado por poder cumplir uno más. ¿Y ese chaval, cómo estará?
Ayer temprano llegó la peor de las noticias.... Y lloré en soledad.... de rabia, de pena, de tristeza.... Me acerqué al tanatorio para acompañarlos en el dolor. Me acordé de otros momentos parecidos, y recordé a Francisco de Juan y Rosana, que pasaron por el mismo drama. Y encontré el dolor y la desolación al abrazarme a Felipe... ¡Vaya regalo de cumpleaños, Ginés!! ¡¡Qué pena más grande!! Y la belleza rota de una madre, Reyes la de Celedonio, enlutada y llena de desconsuelo. Y sus hermanos, y los primos, y toda la familia, y todo Gines con su alcalde Romu a la cabeza, y Valencina...
Y los compañeros de las sevillanas... el llanto de Juani de Cantores, el abrazo de Juan José Román, las atenciones y el cariño de Lola Triana y José Carlos Seco, y los besos de Carmen y Oscar de Sevinelas, y María de la Colina, y Antonio y José Requiebros, y Paco Lola, y Miguel Zarza, y Romerito, y Fabián de Brumas... y todos los que fueron para acompañar el dolor de Felipe y su familia.
.... Y los Amigos de Gines, el dolor del compañero era el dolor de Agustín, de Antonio y de Alonso, para los que Ginés era también su hijo.... hijo del grupo, de la familia. Esta vez no sirvieron las oraciones de tanta gente, ni esa medalla de la Virgen del Rocío que acompañó al hijo de Agustín tras su accidente.
Esta tarde le diremos adiós a Ginés, le acompañaremos en su último paseo por su pueblo de Gines. Hoy, en silencio desde algún lugar de su casa, la guitarra de Felipe volverá a iniciar los acordes de "El adiós", esa sevillana que tantas veces interpretaron como su mayor éxito... "no te vayas todavía / no te vayas por favor / que hasta la guitarra mía / llora cuando dice adiós".
Desde aquí, mi abrazo a Felipe y a Reyes, a tod@s los familiares, a Amigos de Gines, y a toda la familia de las Sevillanas.
DEP Ginés Díaz Palomar